- ¿Eso son hojas de mora?
- No lo sé, nunca he tenido gusanos de seda.
- Siempre creía que no se podía ser niño sin gusanos de seda.
- Yo nunca fui niño.
- ¿Por qué sonríes?
- No sonrío. Es el viento que me hace cosquillas en los labios.
- Ahora eres tú el que sonríe.
(Piensa... ¿por qué llora y ríe a la vez?)
- Te estoy imitando.
- Si me imitaras no intentarías secarte las lágrimas, y menos con tan pésimo disimulo.
- No lloro, es el viento.
- Échale la culpa al viento...
- Tú se la echaste primero.
- Al final va a ser cierto que me estás imitando.
- ¿Sabías que el mundo es en blanco y negro?
- Entonces, ¿de qué color son las hojas de mora?
- No lo sé, nunca he tenido gusanos de seda.
No hay comentarios:
Publicar un comentario