Si te ves bajo el arcoíris,
abre los brazos y bébetelo hasta
rebosar,
llénate de optimismo, descarta la
cordura y cómete el universo.
Quédate perplejo ante mi cuerpo,
descálzate en mi casa,
desnúdate porque sí,
aúlla tras mi espalda, asómate a
la ventana, respira y vístete.
Corre en sentido contrario, para
el reloj, juega y haz trampas,
enamórate rápido y desenamórate
pronto,
llora de risa, baila sin mucho
sentido, habla con una desconocida,
déjate llevar por los sentidos,
huélela, muérdela, tócala,
y después de haberla satisfecho, da
un trago de agua
y deja que los rayos de Sol te
inunden.
Limítate a vivir a tu manera, sé
un poco loco,
y no establezcas protocolos de
actuación
ni busques la pócima de la felicidad,
pues no siempre la encontrarás a la primera,
pues no siempre la encontrarás a la primera,
y no habrá mayor desdicha que mirarte
al espejo
y encontrarte con un cuerdo
infeliz.
Por eso te pido que no pienses demasiado
en mí,