jueves, 23 de marzo de 2017

AMOR DEL MALO (QUÉ BUENO)



No quiero que mates monstruos por mí.

No quiero flores con dedicatoria.

No quiero perdones sin contemplaciones.

No quiero velas para dos.

No quiero que seamos infinitos, no vaya ser que terminemos

por ser extraños y acabemos por no entender qué fue lo que
nos pasó.

No quiero obviar la despedida.

No quiero un amor a toda costa.

No quiero que te deshagas del orgullo.

No quiero ser la única a la que mires.

No quiero canciones bajo el balcón.

No quiero que me beses las virtudes.

No quiero que me calmes las tormentas.

No quiero hogar sin terremotos.

No quiero noches sin pecado.

No quiero amaneceres descafeinados.


Que lo que yo quiero es un poco más 

de “ni contigo ni sin ti”.

Más follarnos a versos y menos besos de amor.

Quiero que nos hagamos polvo el corazón.

Quiero las fuerzas para recomponernos.

Quiero el valor para caernos.

Quiero insomnios a solas.

Quiero manos ansiosas.

Quiero piel satisfecha.

Quiero abrazos con arte, 
aunque acabemos destartalados.

Más quedarnos con las ganas y menos amor del bueno.

Que quiero un absoluto desorden.

Quiero perder sin que lo sepas.

Quiero ganarte y que te enfades.

Quiero que te vayas sin que parezca que te has ido.

Quiero que patalees en mi cabeza.

Quiero que plantes recuerdos.

Quiero que seas enredadera que me tapie los bostezos.

Quiero que seas casa de alquiler.

Quiero poder quedarme.

Quiero poder llorar si decido marcharme.


Que yo te quiero.

Te quiero a trompicones.

Te quiero a instinto.

Te quiero a mordiscos.

Te quiero a sobresaltos.

Te quiero alerta.

Te quiero dudoso.

Te quiero lejos.

Te quiero a trozos.

Te quiero grande.

Te quiero bravo.

Te quiero vivo.

A veces te quiero en sueños, 

y a veces no soy capaz de soñarte.


Quiero no saber siempre si te quiero.

Quiero un “siempre” de final anunciado.

Quiero que me quites el hambre.

Quiero besos a la orilla de mis labios.

Y es que yo quiero besos de esos que se dan con los ojos.

Que yo quiero que nos crucemos por la cuerda floja.

Quiero que nos miremos, 

y que sepamos que podemos despedazarnos.

Quiero abrirme el pecho y creer oírte bien dentro.

Quiero tenerte miedo.



Quiero que perdernos sea una forma más de querernos.