jueves, 6 de octubre de 2016

Como diría Sabina



Qué sorpresa volver a verte

después de dos veranos sin tu piel morena,

de más noches de las que intentó aprender a olvidar Sabina,

de ciento veinte tormentas sola frente al cristal,

de más de dos mil películas sin la manta que te llevaste.

Después de haber creído cantar victoria,

quieres que te deje pasar la noche en esta casa

que se ha derrumbado un poquito cada día sin nuestro

ruido.


Qué extraño ha sido verte volver,

aquí donde durante tantas noches habitó el olvido,

a ti, que te fuiste sin que te echaran,

y ahora vuelves sin que te llamen.

Qué desconsiderado por tu parte venir a descoserme

con las tijeras de todo un artista que eres,

con esa sonrisa caída

y una tierra prometida en una caja con lazo y tarjeta.


Qué fácil te ha sido meter la marcha atrás,

y que convencido te veo,

que hasta parece que hayas olvidado que un día preferiste huir

a escaparte conmigo a cualquier parte de debajo de las sábanas,

que no te acuerdas del vacío

ni de las risas que rompiste,

ni de que te sobraron cien excusas y te faltó una verdad.



Qué fácil me lo pusiste

que no tuve más remedio que deshacerme de un amor

que ni moría ni acababa por matarme.

Que por librarme del frío,

me acosté,

como diría Joaquín,

con esa amante inoportuna que se llama soledad.



Y ahora,

que lo que fui de ti está muerto,

no me queda más remedio que dejarte en el cajón maldito,

demasiado ordenador sin tu ropa,

que por mucho que llames a la puerta,

yo no me olvido del desastre que dejaste,

ni de la piel que quedó huérfana de besos,

ni de lo caro que me salió seguir soñando contigo,

durmiendo sin ti…


No hay comentarios:

Publicar un comentario